Soy Moon & CENIZAS

El 20 de enero de 2014 tomé un autorretrato que titulé Soy Moon.

Una imagen aparentemente simple: una joven con gafas de sol, agarrándose los mofletes, jugando con su reflejo. Pero, detrás de ese gesto, había una intención clara: capturar una parte de mí desde lo simbólico y lo lúdico. Las gafas espejadas no fueron una elección estética al azar; eran una forma de hablar de identidad y anonimato, de generar un espacio compartido entre quien observa y quien es observado.

Soy Moon nació como una exploración íntima, pero pronto comenzó un recorrido inesperado, lejos de mi control.

Soy Moon

Soy Moon © Montse Capel,2014.

El 16 de mayo de 2014, se produjo la primera vulneración de la imagen.
Una agencia de modelos de la comarca de Girona descargó la fotografía de internet y la utilizó en un evento promocional. Taparon mi nombre y lo sustituyeron por el de otra marca. No supe de este hecho hasta meses después, pero marcó un antes y un después.

Mi autorretrato había sido utilizado sin mi consentimiento, borrando toda referencia a su origen.

PIUBELLA VISTA OPTICA

 

A raíz de esta experiencia, decidí canalizar mi indignación y mi dolor a través del arte. Creé la obra CENIZAS, presentada en el Festival Ingràvid de Figueres.
Una composición que representa visualmente la degradación progresiva de una imagen cuando es apropiada, transformada y descontextualizada, hasta perder por completo su sentido original.

Un autoretrat ‘robat’ de Montse Capel s’exposa a l’Ingràvid ( Dirari Empordà ) https://www.emporda.info/oci/2015/10/09/autoretrat-robat-montse-capel-sexposa/287958.html

 

CENIZAS ©Montse Capel, 2015.

 

 

CRISTINA MASANÉS CASAPONSA nos dice:

 

Quan esborrar és una rebel·lió / 

El gest d’esborrar

La Montse Capel utilitza la xarxa per posar en valor les seves imatges, per fer-les circular, per mantenir-les vives i donar-los un sentit públic. De formació autodidacta i en línia amb aquest gest generacional dels qui ja han nascut en el paradigma digital, el seu gènere és l’autoretrat fotogràfic. Però els autoretrats de la Montse denoten un compromís amb la imatge i una preocupació per la forma no sempre habitual en la seva generació. Les seves imatges evoquen un cert surrealisme, indaguen en el blanc i negre, i despleguen una forma de radicalitat. La Montse hi posa el cos. Hi posa la nuesa. Hi posa la complicitat. Hi posa un cert exhibicionisme. Hi posa molta frescor. Hi posa intenció experimental i resultat formal. I és clar, també hi posa el nom, l’autoria. Per descomptat.

Ara fa un any, la Montse Capel va reconèixer un dels seus autorretrats com a reclam d’una marca publicitària i també d’una agència de models. Ni en una ni en l’altra, es deia res de la seva autoria: el seu nom havia desaparegut, l’havien esborrat. Tot i que no era la primera vegada que li havien pres una imatge, tot i que probablement no serà l’última, la possibilitat d’un judici era d’un cost inassumible. D’aquí que optés per una via més factible i més efectiva com és la denúncia a les xarxes. I així ho va fer.

Però en aquest cas, va voler fer més: va rebuscar la seva fotografia originària per intervenir-la i convertir-la en una acció fotogràfica. El resultat el tenim al davant. He volgut fer un quadre que expressi la transformació que suposa que em robin una foto. La Montse ha esborrat la imatge. Si la marca comercial, silenciant l’autora, havia blanquejat la seva identitat; ella, en un acte de llibertat, ha decidit esborrar la imatge. Refà així el gest de què va ser objecte però en un sentit invers: si li havien negat el subjecte reduint-la a pura imatge, ara és ella qui nega la imatge. Com si, esborrant el cos, recuperés allò que se li havia negat: el nom. I és que, diguem-ho clar, el fet d’esborrar pot ser molt més que l’acte estrictament físic. Aquesta forma de desaparició conté una forma de rebel·lió. I la rebel·lió, serà bo recordar-ho, sempre és política.

Dues dades a retenir abans d’acabar. Una: la marca comercial en qüestió havia signat la imatge amb el nom d’un altre fotògraf. I dues: no era una marca que comercialitzava qualsevol producte; era algú a qui se li suposa una certa consciència del valor de la mirada, era una òptica.

I ara sí, repetim-ho: el gest d’esborrar es pot erigir en una forma de rebel·lió. 

Cristina Masanés

Obra derivada no autorizada expuesta en un establecimiento comercial en Dinamarca. La pieza reproduce el autorretrato Soy Moon sin consentimiento, bajo el título “Catwalk” y firmada por un tercero. No se solicitó permiso ni se hizo mención a la creadora original en la publicación ni en el lugar de exhibición.

 

 

Desde entonces, he dedicado más de una década a defender mis derechos como autora.

Hasta la fecha, he documentado más de un centenar de vulneraciones, la imagen ha sido descargada para usos personales y comerciales, reproducida sin nombrarme, modificada bajo la excusa de la “inspiración” y utilizada con fines lucrativos en diversas formas.

Mi autorretrato ha sido convertido en ilustraciones, vendido en camisetas, tatuado en la piel de más de cien personas, e imitado por creadores de contenido. Ha aparecido como grafiti de gran escala en países como Israel, Colombia o México. He visto mi rostro tatuado en influencers y participantes de realities. Youtubers han replicado la imagen en sus vídeos, y artistas han copiado el retrato con exactitud, firmando su versión sin reconocer el origen.

 

Grafiti  en restaurante (Colombia)  

Comencé a recibir mensajes de usuarios en Instagram. Me enviaban una imagen de un restaurante de Colombia. En la fotografía, en plena pared principal del local, aparecía una versión mural de “Soy Moon”. No tenía idea de su existencia. Nunca me pidieron permiso. Nunca me contactaron.

Tipo de uso:
Reproducción mural de gran formato en un restaurante de uso comercial

Ubicación:
La Patata, Colombia

Permiso solicitado:
No

Reconocimiento:
Ninguno visible en el espacio
Me enteré por terceros a través de redes sociales

Impacto:

· Uso como imagen principal del local

· Apropiación estética para fines comerciales

· Difusión en redes por parte de clientes y visitantes

Reflexión:

El arte callejero tiene una fuerza que admiro profundamente. Pero cuando una imagen se convierte en la cara visible de un negocio sin que se respete su origen, la frontera entre homenaje y apropiación se vuelve borrosa. Este mural no fue un acto colaborativo ni un encargo. Fue una reproducción unilateral, con fines estéticos y comerciales, sin contar conmigo.

En un mundo hiperconectado, una imagen puede estar en otro continente sin que su autora lo sepa. Pero que algo sea posible no significa que sea correcto.

Reproducciones en tatuaje sin consentimiento

Durante años, he recibido capturas, etiquetas y mensajes de personas que se tatuaron mi autorretrato “Soy Moon” sin haber solicitado nunca permiso. Casi ninguno de estos tatuajes llegó a mí por los propios autores o estudios; me enteré a través de usuarios en redes sociales que me avisaban o me enviaban imágenes.

Tipo de uso:
Reproducción y transformación del autorretrato como tatuaje artístico

Entorno:

· Exposición en stands de convenciones internacionales

· Promoción en perfiles de estudios y tatuadores en redes sociales

· Merchandising y difusión viral del proceso

Permiso solicitado:
Nunca.
Siempre me contactaron una vez el tatuaje ya estaba realizado o publicado

Reconocimiento:
Ocasional, en algunas publicaciones se mencionaba mi nombre, aunque sin citar la obra ni pedir autorización

Impacto:

· La imagen fue alterada, reinterpretada, firmada por otros artistas

· Apareció en ferias internacionales, incluyendo convenciones de tatuaje

· En algunos casos, se comercializó como diseño propio

Respuestas al ser contactados:

· Algunos pidieron disculpas, alegando no conocer el origen

· Otros respondieron que «por subirla a internet, ya estaba disponible»

· Algunos defendieron que su versión “mejoraba” la imagen original

· Y hubo quienes, directamente, me pidieron más fotografías para tatuar

Reflexión:

El cuerpo es un lugar sagrado. Ver mi obra en la piel de otras personas me genera sensaciones encontradas. Nunca fue algo que ofrecí, ni imaginé, ni autoricé.

En muchos casos, el uso no fue un homenaje, sino una oportunidad comercial. 
No es solo una cuestión legal: es una cuestión de respeto. El hecho de que una imagen circule no significa que esté disponible para cualquiera. Y menos aún para ser apropiada, modificada y firmada por otros.

Obra reproducida sin autorización para regalo personal

En 2017, una artista visual de México se puso en contacto conmigo a través de Instagram. Me explicó que había encontrado mi autorretrato “Soy Moon” en Pinterest, y que, sin saber quién lo había creado, había realizado una pintura a partir de él para regalársela a una amiga. Cuando supo que la imagen era mía, me escribió para mencionarlo y agradecer la “inspiración”.

Tipo de uso:
Reproducción en pintura, compartida en redes sociales y blog personal

Reconocimiento:
Sí, con mención posterior del nombre de la autora

Permiso solicitado:
No. El uso fue comunicado después de haber sido realizado, expuesto y regalado

Contexto declarado:
La autora alegó que la pintura fue hecha como hobby, no con fines de venta. Más adelante, comenzó una carrera profesional como artista, tomando sus propias fotografías

Impacto:

· La obra permaneció publicada en redes y blog personal durante años.

· En 2019 solicité formalmente su retirada y en un principio lo hizo de sus redes. 

· A día de hoy (2025), aún continúa activa en su web, a pesar del compromiso de eliminarla.

Reflexión:

Este caso revela una realidad frecuente: el uso de obras ajenas con fines no comerciales, pero sin consentimiento. El argumento del “hobby” o el “regalo personal” no exime de responsabilidad.

Nombrar a la autora después de haber reproducido la imagen no revierte el hecho de que se haya actuado sin permiso. Y cuando el contenido sigue publicado años después de solicitar su retirada, lo que queda es una falta de respeto, no solo legal, sino también humana.
Como artista, valoro la inspiración compartida. Pero incluso cuando no hay lucro, lo mínimo que se puede ofrecer es preguntar antes de tomar.

 

Obra artística derivada sin consentimiento y con fines comerciales

En este caso, un artista visual tomó como base el autorretrato “Soy Moon” para realizar una obra plástica de gran formato sin haber solicitado autorización en ningún momento. La imagen fue reproducida en técnica mixta sobre fondo de cómics y páginas de periódico, y puesta a la venta bajo el nombre “Reflection” a través de redes sociales y plataformas de arte online. El artista la promocionaba con precio visible (699 €), haciendo uso de la estética original de la fotografía para comercializarla como obra propia.

Tipo de uso: Obra derivada, reproducción artística de la imagen original con técnicas mixtas

Difusión:

· Publicación y promoción en redes sociales

· Venta directa a través de plataformas online

Reconocimiento: Ninguno. La autora de la fotografía original no fue mencionada como fuente ni acreditada como creadora de la imagen.

Permiso solicitado: No

Impacto:

· Reutilización no autorizada de la obra fotográfica para obtener beneficio económico

· Transformación que conserva intactos los rasgos principales de la imagen original

· Comercialización pública de la pieza como si fuera una creación completamente independiente

Reflexión: Cuando una obra visual se apropia de otra ya existente sin permiso ni reconocimiento, se desdibuja el rol del autor original. Esta práctica, aunque habitual en ciertos circuitos artísticos, no debería normalizarse cuando se hace a costa de la autoría y los derechos de la persona creadora.

 

Uso no autorizado con reconocimiento parcial

Me encontré por azar con un vídeo donde una creadora de contenido replicaba el autorretrato ‘Soy Moon’. No me había pedido permiso, pero mencionó mi nombre. Agradecí ese gesto, poco habitual, aunque el vídeo formaba parte de un canal monetizado.

Fue una oportunidad para reflexionar sobre algo más amplio: ¿Qué implica usar una obra en un contexto público, aunque se nombre a quien la hizo?

Tipo de uso:
Vídeo publicado en YouTube (contenido monetizado)

Reconocimiento:
Sí, se menciona el nombre de la autora

Permiso solicitado:
No

Impacto:
Difusión masiva sin consentimiento
Contenido con beneficio económico
No hubo modificación de la imagen, pero sí apropiación del gesto

Reflexión:

Nombrar al autor es importante, pero no sustituye el respeto por la autoría. En un entorno hiperconectado, es esencial aprender a distinguir entre compartir y apropiarse.

 

 

Recreación 3D hiperrealista de la imagen sin autorización

Una recreación digital hiperrealista del autorretrato Soy Moon fue publicada en la web profesional de un artista especializado en efectos visuales. La imagen, modelada y renderizada en 3D, replica con total precisión los rasgos, la pose y el gesto característicos de la obra original. A pesar de su detalle técnico, nunca se solicitó permiso ni se reconoció la autoría de la imagen utilizada como base.
El contenido sigue activo en su web a día de hoy.

Tipo de uso:
Recreación tridimensional detallada con fines formativos y promocionales

Difusión:

· Publicación en tutorial oficial sobre renderizado con Houdini

· Distribución en portales especializados en efectos visuales

· Difusión como muestra profesional en el sitio web del autor

Reconocimiento:
Ninguno. No se menciona el nombre de la autora ni la obra original en el tutorial ni en el sitio web

Permiso solicitado:
No

Impacto:

· Apropiación técnica y estética de la imagen original

· Uso como ejemplo de calidad visual y construcción digital

· Exposición prolongada y referenciada por comunidades del sector·

· Pérdida de contexto artístico y simbólico de la obra

Reflexión:

Cuando una imagen se traslada al entorno digital sin autorización, especialmente en el ámbito técnico o académico, corre el riesgo de convertirse en simple recurso visual.

Aunque no exista una intención comercial directa, la apropiación sigue siendo un acto que silencia al autor. En un entorno donde se valora la técnica, también debe reconocerse el origen.

 

Recreación audiovisual sin autorización

Este vídeo me fue enviado por varios usuarios a través de redes sociales. En él, una creadora de contenido recrea el autorretrato “Soy Moon”, imitando la pose y el estilo en un entorno digital. Nunca fui contactada ni mencionada en el contenido.

Tipo de uso:
Recreación visual en vídeo creativo

Difusión:
Plataforma pública de vídeo

Reconocimiento:
No

Permiso solicitado:
No

Impacto:

· Replicación del gesto y estética del autorretrato

· Difusión sin contexto ni mención de la autora

Reflexión:

Cuando una imagen se convierte en tendencia o estética replicable, su origen suele desaparecer. El respeto por la autoría empieza por reconocer que toda creación tiene un punto de partida.

 

 

Uso publicitario en campus universitario (Yucatán, México)

Este mural y sus adaptaciones gráficas fueron utilizados por una residencia universitaria en Yucatán, México, como imagen de marca. Me enteré a través de usuarios de redes sociales que me enviaron fotografías del lugar y capturas de sus publicaciones promocionales. Nunca autoricé el uso de la imagen, ni fui contactada por la empresa ni por el autor del mural.

Tipo de uso:
Reproducción visual a gran escala (mural) + adaptación digital en campañas publicitarias

Ubicación:
Piscina de una residencia universitaria privada en Yucatán, México

Reconocimiento:
Ninguno. La imagen fue utilizada como símbolo visual de la marca, sin mención de la autora

Permiso solicitado:
No

Impacto:

· El mural ocupa un lugar destacado dentro del recinto

· Fue reutilizado en publicaciones de redes sociales como parte de campañas visuales

·  Aparece en carteles, vídeos, material gráfico y fotografías promocionales de la residencia

· Se ha convertido en fondo de eventos, sesiones y spots sin vínculo con la autora

Reflexión:

Cuando una imagen se convierte en un elemento decorativo o publicitario, pierde su origen si no se respeta su autoría. En este caso, el autorretrato “Soy Moon” fue transformado en imagen corporativa sin ninguna consulta ni consentimiento.

Este tipo de apropiación, bajo apariencia de diseño o branding, borra por completo el sentido íntimo y original de la obra. Lo que empezó como una exploración personal termina como recurso visual sin contexto. Y eso, en sí mismo, es una forma de desposesión.

 

Comercialización masiva de camisetas con la imagen sin autorización

A través de redes sociales, usuarios comenzaron a enviarme fotografías y enlaces a tiendas online en las que se vendían camisetas con una versión modificada de mi autorretrato “Soy Moon”. Nunca fui contactada, ni di autorización para su reproducción ni comercialización.

Tipo de uso:
Reproducción y transformación de la imagen original en prendas de vestir

Distribución:
Plataformas de moda y venta online de alcance internacional (como SHEIN, MeCshopping y otras marcas intermediarias)

Reconocimiento:
Ninguno. La imagen fue utilizada como diseño decorativo, sin mencionar ni vincular a la autora

Permiso solicitado:
No

Impacto:

· Producción y venta de camisetas con la imagen alterada y adaptada a distintos colores y modelos

· Difusión internacional sin control sobre el uso o contexto

· Comercialización a gran escala sin ningún tipo de compensación ni crédito a la autora

· Circulación física de la imagen en diferentes países

Reflexión:

Este caso refleja una de las formas más agresivas de vulneración: cuando una obra pasa a formar parte de un circuito industrial, sin que quien la creó tenga conocimiento, decisión ni beneficio alguno.

La apropiación comercial no solo invisibiliza la autoría, también reduce la obra a un producto descontextualizado, destinado al consumo. Y cuando esto ocurre, la dimensión personal y artística de la imagen desaparece.

Comercialización y promoción mediática de una prenda con la imagen no autorizada 

En este caso, una empresa española del sector textil utilizó una versión modificada del autorretrato “Soy Moon” para producir una camiseta que se distribuyó en tiendas físicas, canales de venta online y en televisión. La prenda fue utilizada por figuras públicas en programas en directo y promocionada en sus redes sociales, generando visibilidad comercial para la marca sin haber solicitado en ningún momento permiso para el uso de la imagen.

Tipo de uso:
Producción, distribución y promoción de prendas de vestir con la imagen

Difusión:

· Tiendas físicas en diferentes puntos de España

· Venta online en la web de la marca y comercios asociados

· Promoción televisiva en horario de máxima audiencia

· Publicaciones en redes sociales de personajes públicos

Reconocimiento:
Ninguno. La autora no fue mencionada en ningún soporte

Permiso solicitado:
No

Impacto:

· La imagen fue transformada y reproducida con elementos decorativos añadidos

· Se convirtió en un producto mediático con amplia visibilidad

· Fue usada estratégicamente como parte de una campaña comercial indirecta mediante influencers y celebridades televisivas

· Se generó beneficio económico sin conocimiento ni consentimiento de la autora

Reflexión:

Este tipo de uso plantea uno de los conflictos más comunes en la era digital: cuando la imagen se convierte en un activo para marcas sin que exista diálogo alguno con su origen.

No es solo un tema de crédito o dinero, sino de respeto hacia el valor simbólico de una obra. Cuando esta se convierte en producto y promoción sin autorización, la figura del creador desaparece por completo del relato.

 

 

 

 

LA COPIA DE LA COPIA DE LA COPIA…

 

Este no es un caso aislado, ni una anécdota puntual.


Es un reflejo de una problemática estructural que afecta al trabajo de quienes crean: la facilidad con la que una obra puede circular sin reconocimiento, descontextualizada, hasta que quien la hizo desaparece detrás de su propia creación.

Cuando una imagen se utiliza sin consentimiento, no solo se vulneran derechos. También se rompe el vínculo entre la obra y la persona que la hizo posible. Se transforma un gesto íntimo en un objeto funcional, y en ese proceso, se deshumaniza.

 

Reconocer la autoría no debería ser visto como un gesto generoso, sino como lo mínimo.
El verdadero cambio comienza cuando dejamos de apropiarnos de lo que no nos pertenece, cuando entendemos que compartir no implica disponer libremente del trabajo ajeno.
Porque aunque creamos que estamos lejos, vivimos en una sociedad hiperconectada, donde cada acción digital tiene impacto real.

 

Aprender a pedir permiso, a respetar los contextos, y a entender que detrás de cada obra hay una historia, es una forma de construir una relación más ética con la creación.
Nombrar al artista es importante, pero no suficiente: lo esencial es no actuar como si todo estuviera disponible para ser usado.

 

 

 

Este archivo no es un memorial de quejas, sino un espacio de memoria activa.
Un gesto para recordar que la imagen también tiene cuerpo, nombre y voz.
Y que la libertad de crear nunca debería implicar el silencio de otra.

 

 

 

 

 


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